A partir de este avance, el INIFAP, organismo de la SAGARPA, inició hace dos años una investigación parar mejorar diversas variedades de frijol resistentes a sequías, mismas que esperan liberar en un plazo máximo de tres años. Con ellas, se pretende aumentar el promedio de rendimiento del producto, que actualmente es de 650 kilogramos por hectárea en temporal, a por lo menos mil kilos por hectárea.
Así lo afirmó el investigador titular de la Red de Biotecnología del Instituto, Víctor Montero Tavera, durante el VII Encuentro Latinoamericano y del Caribe sobre Biotecnología Agropecuaria “Red Bio México 2010”.
El método, indicó, consiste en seleccionar las variedades de frijol que previamente se habían estudiado, y determinar cuáles tienen, en su composición, genes que sean tolerantes a la escasez de agua, lo que deriva en una buena producción.
Montero Tavera aseguró que este método puede ser aplicado a cualquier otro tipo de cultivos, ya que al identificar el gen que se esté buscando se evita realizar una serie de cruzamientos (como tradicionalmente se realiza).
Esto reduce el tiempo y el trabajo de los investigadores, ya que en lugar de liberar una variedad en un lapso de 10 a 15 años, los productores pueden acceder a ellas en un plazo de entre cinco y siete años.
Aprovechamos la información que ya existe, nos vamos a las bases de datos, le damos un
“Estamos investigando genes relacionados con la tolerancia a sequía, ya que ese es el principal problema de la zona productora en México, y hemos obteniendo genotipos que son tolerantes a sequía; que son capaces de incrementar su rendimiento en esas condiciones”, aseguró.
De acuerdo con el académico se colabora con el Centro de Investigación y de Estudios Avanzados (Cinvestav) para descifrar el código genético de varios cultivos, y es a través del intercambio de conocimientos lo que permite crear nuevas variedades a través de una reproducción asistida.
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